14 Aug
  • By Lovexair
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El Método Buteyko

Hace unos años (no diré cuántos para no desvelar mi edad ;), cuando estudiaba fisiología en el cuadro de la diplomatura de fisioterapia, me quedó algo muy claro: respiramos para hacer entrar oxígeno en nuestro cuerpo y evacuar el dióxido de carbono que producimos al oxidar lo que comemos para obtener energía. El CO2, gas carbónico o dióxido de carbono era malo y teníamos que expulsarlo. Todos los ejercicios que aprendí en aquel entonces para ayudar a enfermos respiratorios se basaban en buscar una máxima salida de oxígeno.

El síndrome de hiperventilación

Cuando fui a trabajar a Francia, esta visión empezó a cambiar. En una de las clínicas donde trabajé descubrí lo que era el síndrome de hiperventilación. Por aquél entonces, y quizá todavía hoy en día, este síndrome no estaba bien aceptado por una gran parte del cuerpo médico. Resultaba haber una parte de los enfermos de asma que podían pasar temporadas sin medicación sin mayor problema, pero que de la noche a la mañana presentaban unos síntomas intensos y difícilmente controlables: falta de aire, inspiraciones cortas, silbidos, dolores de cabeza, problemas de visión, mareos… Cuando se sospechaba que el enfermo podía padecer síndrome de hiperventilación, le hacíamos pasar el test de Nijmegen (que mide la ansiedad), y básicamente se le instruía para respirar menos y más despacito, introduciendo apneas durante la respiración.

Fue entonces cuando oí hablar por primera vez del Método Buteyko, buscando cómo se podían controlar mejor los síntomas que se asemejaban al asma sin tener que dejarlo todo en manos de la medicación.

Actualmente pocas personas han oído hablar de este método, aunque hace décadas que se está aplicando en diferentes países (Rusia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos y Australia, sobretodo). Este método nació en Rusia, en la década de los años cincuenta, de la mano del Profesor de fisiología ucraniano Konstantin Pavlovich Buteyko.

Su objetivo era mejorar la respiración de personas con patologías respiratorias crónicas, entre ellas el asma. A lo largo de los años, se ha seguido estudiando y hay algunos artículos científicos (ver referencias a pie de artículo) que demuestran que el método Buteyko consigue mejorar los síntomas del asma y/o disminuir la cantidad de medicación que deben tomar los pacientes que lo siguen.

Respirar menos, pero mejor

Antes de adentrarnos en cómo funciona el método Buteyko, vamos a analizar una característica que todas las personas con asma presentan. Si nos fijamos en cómo respiran las personas con asma, nos daremos cuenta de que su respiración suele ser rápida y superficial. A menudo respiran por la boca y usan sobretodo el pecho para respirar, olvidando que es el diafragma el músculo principal de la respiración.

Cuando inspiramos, lo que nos interesa es que entre oxígeno en nuestra sangre, y cuando espiramos nos deshacemos del exceso de gas carbónico producido por la oxidación de las grasas y los carbohidratos que hemos ingerido previamente. Ahora bien, si respiramos demasiado y/o demasiado deprisa, tendremos tendencia a evacuar demasiado gas carbónico. Para que nuestro cuerpo esté bien necesitamos tener un mínimo de gas carbónico en sangre, para mantener el pH neutro. Así pues, en algunos casos lo que necesitan ciertas personas con enfermedades respiratorias es respirar menos, y no más.

Las consecuencias de respirar demasiado pueden ser:

  1. Dilatación de los vasos sanguíneos y de las vías respiratorias.
  2. Aumento de los niveles de Histamina (y consecuentemente, aumento de las reacciones alérgicas).
  3. Consecuencias en el sistema respiratorio: sibilancias, disnea, tos, opresión en el pecho, bostezos frecuentes, ronquidos, apnea del sueño.
  4. Consecuencias en el sistema nervioso: mareos, falta de concentración, sudoración, vértigo, hormigueo en manos y pies, debilidad, temblores, dolores de cabeza.
  5. Consecuencias para el corazón: latidos acelerados, latidos de corazón irregulares.
  6. Consecuencias para la mente: algunos grados de ansiedad, tensión, depresión y estrés.

¿Qué podemos hacer para disminuir estos síntomas?

Respirar menos y/o producir más dióxido de carbono. Hacer ejercicio, por ejemplo, ayuda a aumentar los niveles de dióxido de carbono, siendo una de las razones por las cuales hacer deporte es muy recomendable si se padece asma. Para respirar menos resulta interesante utilizar el método Buteyko.

¿En qué consiste el Método Buteyko?

El método Buteyko se basa en medir la pausa de control y en unos 6 ejercicios distintos (algunos con variantes) en que las apneas tienen un papel muy importante. La pausa de control proporciona información acerca de los síntomas del paciente y también del progreso en la práctica de los ejercicios. Se miden los segundos en que se puede estar sin respirar y sin sentir que nos falta el aire. Si llegamos a los 40 segundos sin duda no tendremos ningún síntoma de asma. Si está por debajo de 10 segundos entonces puede ser que tengamos síntomas severos.

Un ejemplo de ejercicio que propone el método sería el siguiente:

Poner el dedo índice debajo de la nariz. Cerrar los ojos. Notar la temperatura del aire sobre el dedo al salir (calentito) y al entrar (más fresquito). El ejercicio consiste en tratar de notar cada vez menos cambio en la temperatura del aire sobre el dedo y también en notar menos el paso del aire. De esta forma lo que estamos haciendo es conseguir cambiar una respiración que podría ser rápida y que podría movilizar demasiado gas carbónico hacia el exterior, en una respiración más suave y menos profunda. Para que realmente sea beneficiosa deberíamos de sentir un pequeño deseo de respirar más profundamente, pero gestionando esta necesidad estaríamos rehabituando el cuerpo a una respiración más sana.

Si os interesa este método, lo mejor es encontrar un terapeuta especializado en su enseñanza, aunque en España todavía no está muy extendido. Para más información, podéis contactar con nosotros a través de nuestra comunidad en Health Unlocked o en el mail anna.ferran@happyair.org

Bibliografía

Cierra tu boca: Manual de Autoayuda de la Clínica de Respiración Buteyko
(Patrick G McKeown, 1 diciembre 2014)

Vivir sin asma – El método Buteyko
(Andrey Novozhilov, 24 septiembre 2007)

Artículos científicos

1 Buteyko breathing techniques in asthma: a blinded randomised trial
Simon D Bowler, Amanda Green and Charles A Mitchell
Medical Journal of Australia 1998; 169:575-578

2 Buteyko Breathing Technique for asthma: an effective intervention
Patrick McHugh, Fergus Aitcheson, Bruce Duncan, Frank Houghton
Journal of the New Zealand Medical Association, 12-December-2003, Vol 116 No 1187

3 “Health Education: Does the Buteyko Institute Method make a difference?”
Jill McGowan, Education and training consultant in Asthma Management.
Thorax Vol 58, suppl III, page 28, December 2003.

4 A Randomised Controlled Trial of the Buteyko Technique for Asthma Management
Robert L. Cowie, Diane P. Conley, Margot F. Underwood, Patricia G. Reader
Respiratory Medicine May 2008 (Vol. 102, Issue 5, Pages 726-732)

5 Study explains success of Buteyko
Megan Howe
Australian Doctor, p 20, 11 May 2001

6 Prevalence of dysfunctional breathing in patients treated for asthma in primary care: a cross sectional survey
M Thomas, RK McKinley, E Freeman, C Foy
British Medical Journal 2001; 322:1098-1100 (5 May 2001)

7 Bronchodilators appear to increase inflammation, potentially worsening asthma, heart failure, and lupus, study findings suggest.
J Allergy Clin Immunol 2006

8 Breathing exercises for asthma: a randomised controlled trial.
M Thomas, R K McKinley, S Mellor, G Watkin, E Holloway, J Scullion, D E Shaw, A Wardlaw, D Price, I Pavord
Thorax 2009; 64:55-6

Por Anna Ferran Roig, Fisioterapeuta HappyAir