26 Apr
  • By Lovexair
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Prevención, clínica y diagnóstico de las enfermedades respiratorias de origen laboral. Píldoras formativas

Prevención

En la segunda mitad del siglo XX las medidas preventivas y su aplicación práctica ha constituido un importante avance en la medicina moderna. Pero no siempre la prevención es posible ante este tipo de patologías debido a la existencia de un largo periodo de latencia entre la exposición laboral y la aparición de los síntomas, la aparición de reacciones pulmonares inespecíficas, factores individuales de susceptibilidad, existencia de problemas respiratorios previos, aparición constante de nuevas sustancias y razones políticas y/o económicas.

Los principios básicos para el control y prevención de las enfermedades pulmonares ocupacionales son:

  • EVITAR inhalar las sustancias que las producen:
    • Reducción de las concentraciones del agente inhalado en el área de trabajo con sistemas de humidificación, ventilación o de flujo laminar.
    • Utilización de equipos de protección respiratoria:
      • Máscaras que suministren aire externo limpio o filtren totalmente las partículas.
    • Sustitución del agente tóxico inhalado por otro menos o nada tóxico.
    • Transporte y almacenaje de sustancias tóxicas de manera eficaz y segura.
    • En las zonas de alto riesgo automatización de los trabajos.
    • Rotación del personal. Si hay alguna persona sensibilizada a una sustancia es preciso cambiarle de puesto de trabajo o incluso de trabajo.
    • Realizar programas educacionales sobre deshabituación tabáquica y prevención de riesgos laborales.
    • Identificar a los trabajadores de riesgo de padecer EPOC o asma para controlarles periódicamente.
    • Vigilar a los trabajadores más expuestos:
      • Realización de radiografías de tórax frecuentes, por ejemplo:
        • 6 meses: trabajadores que trabajan con chorros de arena por su alta exposición al polvo de sílice.
        • 2 a 5 años: trabajadores expuestos al polvo de sílice que no usan chorros de arena.
        • 4 a 5 años: trabajadores de minas de carbón.
      • Realización de espirometrías frecuentes.

Clínica

La clínica de estas patologías es inespecífica pudiendo incluso ser asintomáticas en algunas personas. En muchos casos los síntomas aparecen mucho tiempo después de haber cesado la exposición.

Suele ser significativo síntomas como la tos, pitos (sibilancias) y sensación de ahogo (disnea) aparezcan durante los días laborales y mejoren, o incluso desaparezcan, los días de descanso. Cuando esto ocurre es un signo de alerta de que este tipo de patologías pueden estar presentes.

Diagnóstico

Aunque el examen físico no es muy útil para el diagnóstico es necesario buscar signos de este tipo:

  • Inflamatorios en los ojos, orofaringe, nariz y/o ojos.
  • Insuficiencia respiratoria aguda:
    • Taquipnea: aumento de las respiraciones realizadas por minuto, es decir, incremento de la frecuencia respiratoria por encima de los valores normales.
    • Taquicardia: aumento de los latidos por minuto, es decir, incremento de la frecuencia cardiaca o pulso.
    • Utilización de musculatura accesoria de la respiración: al respirar se utiliza musculatura del cuello, entre otras, para facilitar la entrada de aire.
    • Insuficiencia respiratoria crónica:
    • Cianosis: color azulado en uñas, labios…
    • Acropaquias: dedos en forma de palillos de tambor.
  • Hallazgos en la auscultación de ruidos anormales y su localización y extensión.

Para hacer el diagnóstico es fundamental identificar el agente causal y demostrar la relación entre éste y la enfermedad respiratorias. Pero esto es difícil ya que la mayoría de las patologías respiratorias ocupacionales no son específicas de origen ocupacional, la causa no suele estar presente en todos los casos y no suele ser única, y puede que en todas las personas expuestas no se desarrolle la enfermedad.

Por las implicaciones medicolegales que supone este tipo de diagnóstico (cambio de puesto de trabajo, compensación económica, eliminación de la causa…) es fundamental que se realice de manera objetiva y precisa, tratando de evitar un diagnóstico de presunción en la medida de lo posible.

El diagnóstico es deseable que se realice precozmente debido a que la persistencia en la exposición influirá en su evolución posterior.

Una valoración adecuada debe de estar compuesta por historia clínica incluyendo el historial laboral, estudios de imagen, pruebas de función pulmonar y otras (pruebas inmunológicas en casos de alergia, analítica de sangre y orina…). También es muy interesante e importante medir la repercusión de la enfermedad sobre el individuo con cuestionarios como el de disnea del Medical Research Council (MRC) y Borg, los de calidad de vida como el St George’s… entre otros.