07 Feb
  • By Lovexair
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La epoc: llama a tu puerta… sin avisar. Efe Salud

Empezó fumando “Bisontes” y terminó consumiendo más de dos cajetillas diarias de cigarrillos rubios. Fumó “como un carretero” hasta los 68, cuando su tos crónica y un agudísimo ahogo la encaminaron hacia las Urgencias del Hospital de La Princesa de Madrid.

Permaneció ingresada 15 días y poco después necesitó una bombona de oxígeno para poder respirar. Se le acabó “su libertad, su mayor tesoro personal”. Le gustaba alternar; viajar; ir al fútbol, es abonada al Real Madrid; los toros; las fiestas, cumpleaños y celebraciones; en fin, disfrutaba de una vida social sinfín. Y para más inri su cuerpo envejeció “diez años” de golpe.

Ahora solo le quedan su “Bueno”, un marido fiel a su corazón; sus dos hijos y sus nietos; sus muchos amigos que la adoran; sus recuerdos y, por su puesto, su inseparable ‘Lola de día y de noche’, ya sea en su versión ‘maxi’ o en su versión ‘mini’.

“La bombona es mi compañera de viaje porque la necesito durante las 24 horas del día. La tengo colocada en mitad de la casa para poder moverme por todas las habitaciones. Me une a ella una cánula muy larga con la que consigo una total movilidad, aunque los tropezones y los enganchones con las puertas me generen cardenales en las piernas; un mal menor”.

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